El surgimiento de Trump

 Por Theo Belok.



Lo que hizo posible el surgimiento de Donald J. Trump, fue la confluencia de 4 factores principales, que detallaré a continuación

1) DESCONTENTO GENERALIZADO

2) APOYO DE MILITARES PATRIOTAS

3) SURGIMIENTO DE LA DERECHA ALTERNATIVA

4) POPULARIDAD Y DISCURSO PROVOCATIVO

Nada es casual en la política, el poder o la economía. Detrás de los éxitos y fracasos, hay ideas, pensamientos, acciones e intereses. Veamos punto a punto, aquellos factores cruciales que lo llevaron a la cima del poder en el 2016. 

1-DESCONTENTO GENERALIZADO


Al fin del mandato de Barak Obama, el descontento pupular era muy grande en los Estados Unidos. Y no solo entre republicanos, los demócratas estaban también decepcionados. Los perdedores de la globalización se transformaron en mayoría más allá de partidos políticos. El hartazgo frente a la clase política se traducía en esperanza hacia nuevos actores, que arribaban desde otros ámbitos escuchando los reclamos del pueblo.  

¿En que se basaba el descontento?. A) La deslocalización industrial, arrojó una montaña de hombres hacia el abismo del desempleo, la precariedad y la dependencia. Miles de industrias cerraron sus puertas y deslocalizaron su producción, mudándose a países asiáticos, principalmente China. B) El derribo de fronteras, impulsado por la izquierda neosocialista, algunos liberales y los globalistas, desencadenó una oleada de inmigración ilegal masiva hacia los Estados Unidos, depreciando los pocos empleos estables que quedaban. El crecimiento demográfico de minorías, hizo sentir al estadounidense promedio, una sensación de desplazamiento, pérdida de identidad y control sobre su propio territorio. C) Ataque a los valores de las mayorías. El progresismo se hizo hegemónico, el rechazo y odio a las instituciones y valores tradicionales a favor de virulentas causas de la nueva izquierda, generó una reacción en ciertos sectores más conservadores, patriotas, nacionalistas y paleolibertarios. (Fuente: Trump contra el globalismo, Tomo II) 

El declive y debilidad estratégica de los EEUU, comenzó en la década del 70 con el derribo de fronteras (producto de nuevas leyes de inmigración), el desmantelamiento y deslocalización progresiva de la Industria Nacional y el ataque sistemático a los valores de las mayorías con el avance del progresismo. 

Siguiendo una ideología posmodernista, la subcultura de las minorías, ha sido llevada al meinstrem para sustituir la cultura de las mayorías.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, y principalmente desde la década de los 70, el establishment financiero convence al establishment político, que trasladar la INDUSTRIA al 3er mundo iba ser un gran negocio en la medida que se podían obtener mayores márgenes de ganancia con la mano de obra asiática y financiada con dólares fiat. Iniciando así el proceso de deslocalización industrial.

Así nacen primero los 4 tigres asiáticos Taiwan, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, y luego se sumaría China desde los 70`-80`. Éstos aportaban mano de obra "esclava", mientras que EEUU aportaba el capital y la tecnología. China ganaba en modernización y autonomía. Los globalistas del CFR, Henry Kissinger y la Fundación Rockefeller fueron los arquitectos de este esquema de inflar artificialmente los países  asiáticos, a costa del sudor y la penuria de los trabajadores norteamericanos.

Mientras que la elite cosmopolita ganaba dinero a gran escala. El pueblo norteamericano no ganaba nada, solo empeoraba sus condiciones laborales frente a la llegada masiva de millones de ilegales y la pérdida de empleos.

Iniciado el Siglo XXI, se produce la desregulación del Sistema Financiero estadounidense con la derogación de la Ley Glass-Steagall, también China ingresa como miembro de la OMC (11 de diciembre de 2001).

La oligarquía financiera internacional neutralizaría así a su competidor natural: la oligarquía de la industrial nacional. Para lograrlo financiaría en la Universidad de Chicago un corpus teórico de economía anti-nacional destinada a justificar la deslocalización. En la Teoría del Accionista se argumenta que la única preocupación de una empresa es aumentar sus ganancias para sí y sus accionistas. Ni la patria, ni las fronteras, ni la responsabilidad social importan. 

El desempleo, la  debilidad estructural de la desindustrialización y la dependencia con países extranjeros, no debían ser motivos de preocupación. Con esas ideas en mente, la elite del sector productivo no dudó en dar la espalda a su país a costa del aumento ilimitado de ganancias. La industria se divorcia de la Nación, se hace cosmopolita, y se muda al Asia. Ya no se preocupa mas por el destino estadounidense. Solo el dinero le importa. 

El error perduró por varias décadas, ya que esta maniobra provocaría la generación de una pobreza estructural en EEUU, desempleo, precariado y la destrucción paulatina de la clase media. Estas condiciones adversas generarían una reacción no solo entre la población, sino también entre una facción de militares patriotas preocupados por la Seguridad nacional. El Establishment de Washington (PARTIDOS D Y R), están cooptados y apoyan esta agenda globalista y se opusieron a toda reivindicación que tendiese a reindustrializar los Estados Unidos. 

En ese contexto de falsas derechas e izquierdas, surgiría un patriota proponiendo reindustrializar, equilibrar la balanza de pagos, prometiendo proteger la producción y empleo nacional. Trump financia su propia campaña en una edad que pudiera estar jubilado, mostrándose como una persona independiente de intereses especiales.  Los que se sintieron víctimas de la globalización y el progresismo, vieron en él la llama de la esperanza, la renovación y la promesa de hacer los Estados Unidos grandes otra vez. (Fuente: Belok Theo; Trump contra el globalismo, Tomo II)  

2-APOYO DE MILITARES PATRIOTAS



El descontento entre las filas militares sobre operaciones intervencionistas y neoimperialistas en distintas partes del globo, el maltrato a los veteranos, y el declive del poder estructural de los Estados Unidos frente a la avanzada globalista, hizo saltar las alarmas a ciertos militares patriotas.

Michael Flynn (Asesor de Seguridad Nacional para Trump, Director de Agencia de Inteligencia de Defensa -DIA), el Almirante Roger (Director de la NSA), estuvieron entre los principales retractores de las últimas políticas de Estado impulsadas por el establishment de Washington de la administración de Barack Hussein Obama.

Flynn, encumbrado director de Inteligencia en la administración Obama, se retiró 1 año antes de lo previsto debido a grandes discrepancias con la elite demócrata, trascendió que había descubierto información sensible sobre crímenes en Siria y Haití que comprometían al establishment. Flynn se convirtió en un militante contra el tráfico humano, las redes de trata, y el poder de los globalistas. Él y su hijo trabaron amistad con Steve Bannon e impulsaron su campaña utilizando modernas tecnologías de IA y Big Data. Su acercamiento a Donald Trump hizo temer a tal grado a los demócratas, que impulsaron la falsa narrativa del Rusiagate, solo a los fines de poder espiar las comunicaciones que tenía con Trump. La popularidad de Flynn y el aprecio por parte de Trump era tal, que barajaron la posible vicepresidencia de Flynn en la candidatura del 2016, algo que finalmente fue descartado por la postulación con Mike Pence.  

Por su lado los seguidores MAGA veían a Rogers como “héroe” de la NSA, entonces al frente de la ciberseguridad. El almirante “Michael S. Rogers” descubrió el espionaje ilegal de Obama-FBI contra Trump. En plena campaña del 2016, Rogers habría tenido una reunión con Trump para avisarle del espionaje ilegal con fines políticos del cual estaba siendo víctima. Un día después Donald mudó su centro de operaciones de campaña de la Trump Tower hacia otro sitio. Rogers de hecho iría a la Corte FISA a declarar condenando las irregularidades.

Es así que este grupo de patriotas deciden reindustrializar EEUU y neutralizar a China. Respaldarían a Trump, quien contaría con la simpatía de todas las fuerzas militares hasta el final del mandato. 

Los militares vieron como el establishment global estaba inflando artificialmente a China, y creando un adversario potencial en contra de los intereses nacionales. Algo de lo que venía advirtiendo hace tiempo el experto en relaciones internacionales de la escuela realista John Mearsheimer. 

3-SURGIMIENTO DE LA DERECHA ALTERNATIVA

Dentro del amplio marco de seguidores republicanos que apoyaron a Trump, emergió una base radicalizada marginal de ultra-leales, que fue espontáneamente integrada por un Movimiento particular llamado "Derecha alternativa" (ALT-RIGHT en inglés). Reunía grupos heterogéneos dentro de todo el espectro de la "derecha" que no estaba en el poder, de allí lo de derecha "alternativa". Durante varias décadas,  la derecha había sido copada por neoconservadores globalistas y liberales económicos. Los descontentos expresaban un rechazo a la derecha y las izquierdas globalistas.

Pero para participar en el proceso democrático debían enmarcarse dentro del espectro político y lo hicieron desde una "derecha alternativa" a la derecha hegemónica neocon. Toda clase de marginales se unieron en foros de internet libres como 4 chan, 8 chan y reddit: conservadores, libertarios, nacionalistas, milicias, patriotas, paleolibertarios e incluso la extrema derecha.

Al ser un movimiento sin líderes, sin dogmas, sin definiciones determinantes, se hizo difícil de caracterizar. 

Dentro de esa ensalada variopinta de posturas ideológicas que reunía la alt-right, surgió la versión "alt-right" edulcorada de Steve Bannon, que era en cambio, un tanto diferente, bastante menos radicalizada a la que exponían otros intelectuales e influencers. Los tópicos utilizados por la narrativa de Bannon en Breitbart News, coincidieron con los discursos de Donald Trump. La alianza estaba asegurada. 

Bannon y Trump hicieron "digeribles" temas delicados a un gran público, y pusieron arriba de la mesa de juego, conceptos antes relegados y censurados por el progresismo de derechas e izquierdas.

4-POPULARIDAD Y DISCURSO PROVOCATIVO

Una de las variables determinantes que permitieron a un outsider llegar a la Casa Blanca, aún contra la voluntad de toda la elite globalista del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y el Estado Profundo, fue la gran popularidad previa del magnate. 

Donald Trump ya era famoso, era conocido por todos en los Estados Unidos, él ya era ampliamente reconocido por sus apariciones en la prensa desde hacía varias décadas. Como magnate inmobiliario, la cultura pop hacía foco en sus romances y experiencias comerciales vertiginosas. Vinculado al negocio del boxeo y los casinos, contaba con una reputación previa extendida. Y lo que permitió ampliar su popularidad a nivel internacional fue su reality show llamado  "The Apprentice".

A la elite le resulta siempre fácil silenciar a los novatos disidentes que recién comienzan a escalar desde cero, pero Donald venía de otro ámbito no político. Fue cuestión de decidir embarrarse en el lodo de la política para hacer su voz políticamente incorrecta, una maquinaria indetenible. Simplemente no pudieron detener la fuerza de su mensaje. Calaba hondo en los reclamos populares que no habían sido escuchados por décadas. Hizo un uso hábil de redes sociales. Él mismo mantuvo de fondo una misma narrativa desde 1987 donde ya prefiguraba su "America First". Ya desde su época de magnate inmobiliario experto en ventas, supo descubrir como tentar a los medios de prensa con noticias amarillistas. 

El resto de su estrategia comunicativa, consistió en ser realmente políticamente incorrecto, tocando temas que habían sido excluidos de los tópicos aceptados por la elite global. Él desafió cada punto de la Agenda 2030 de la progresía internacionalista. Lo que resaltó fue su llamativo discurso ANTIGLOBALISTA, patriótico-nacionalista, antiprogresista, conservador y proteccionista económico.

 Trump se rodeó de grandes talentos que supieron impulsarlo, e incluso se unió con quienes trabajaban desde hacía mucho tiempo  en la batalla cultural contra el globalismo y el progresismo.  Robert Mercer, un magnate patriota experto en Inteligencia Artificial que odiaba a los Clinton, ayudó a tejer una red informativa-cultural proclive al surgimiento de un nuevo movimiento de derecha nacionalista-liberal, su empleado Steve Bannon cumplió el rol de operador, estratega e ideólogo. Por su lado quien venia intentando convencer a Trump para su aventura presidencial fue Roger Stone, un asesor y cabildero de vieja escuela republicana junto a Paul Manafort su socio y quien se convertiría en primer jefe de campaña del magnate republicano. Stone había sido un asesor inescrupuloso de Nixon, Reagan y muchas de sus frases fueron replicadas en todas las campañas.

Ellos tejieron las redes, las bases, prepararon la tierra fértil para la victoria de Trump, mucho antes que llegara éste al juego de la política.  Jared Kushner su discreto yerno, junto al general Michael Flynn y su ejército de soldados digitales, entendían la dinámica de las nuevas campañas en un mundo de internet y redes sociales. El aventón final vino por parte de Wikileaks, Julian Assange fundador australiano del sitio de divulgación de inteligencia, filtró poco antes de las elecciones de 2016, material controvertido de la rival demócrata Hillary Clinton. Ayudando así a enlodar su imagen al exponer su corrupción ilimitada y prominentes contactos con la elite globalista. 

Por Theo Belok. "Trump contra el Globalismo". T. II

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